El Movimiento de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, al que ha
dado nacimiento la preocupación de prestar auxilio, sin
discriminación, a todos los heridos en los campos de batalla, se
esfuerza, bajo su aspecto internacional y nacional, en prevenir y
aliviar el sufrimiento de los hombres en todas las circunstancias.
Tiende a proteger la vida y la salud, así como a hacer respetar a la
persona humana. Favorece la comprensión mutua, la amistad, la
cooperación y una paz duradera entre todos los pueblos.
Imparcialidad
No hace ninguna distinción de nacionalidad, raza, religión, condición
social ni credo político. Se dedica únicamente a socorrer a los
individuos en proporción con los sufrimientos, remediando sus
necesidades y dando prioridad a las más urgentes.
Neutralidad
Con el fin de conservar la confianza de todos, el Movimiento se
abstiene de tomar parte en las hostilidades y, en todo tiempo, en
las controversias de orden político, racial, religioso o ideológico.
Independencia
El Movimiento es independiente. Auxiliares de los poderes públicos
en sus actividades humanitarias y sometidas a las leyes que rigen
los países respectivos, las Sociedades Nacionales deben, sin
embargo, conservar una autonomía que les permita actuar siempre
de acuerdo con los principios del Movimiento.
Voluntariado
Es un movimiento de socorro voluntario y de carácter
desinteresado.
Unidad
En cada país sólo puede existir una Sociedad de la Cruz Roja o de la
Media Luna Roja, que debe ser accesible a todos y extender su
acción humanitaria a la totalidad del territorio.
Universalidad
El Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna
Roja, en cuyo seno todas las Sociedades tienen los mismos
derechos y el deber de ayudarse mutuamente, es universal.
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